Recordando a Wes

Estanislao Godoy Pirzio-Biroli

Pocos meses antes del accidente carretero del 19 de Junio, y a horas de la partida, ya sea por temor al vuelo (llevaba quince años sin hacerlo) o por agarofobia, Wes había suspendido un viaje a Chile con Judy y Bob Drake. El destino quiso, sin embargo, que igual tuviera que dejarnos en forma trágica. Vayan estos recuerdos de un amigo cercano, aun conmocionado, como complemento a los habituales fríos datos de un obituario tradicional, los cuales en este caso serían muy extensos.

 Mi amistad con Wes comienza a fines de 1970, cuando compartimos cursos graduados de geología en Berkeley. Al igual que los colegas Alvaro Tobar, Erik Klohn y Enrique Tidy yo aprovechaba el apoyo del Convenio U de Chile-U de California. Wes, en cambio, había abandonado sus estudios de Ciencias Políticas básicas en Harvard y recién se decidía por la Geología. El  recuerdo más imperecedero que guardo de ese tiempo es su airada reacción ante un comentario del profesor de yacimientos minerales, respecto a la intervención de su país en el Congo. Menos mal que recién empezaba la injerencia de EEUU en el proceso chileno y que aun faltaban 55 años para el actual lamentable evento Trump-2. Wes era una persona afable y muy tolerante pero eso nunca implicó aceptar sin más los  abusos de poder, en especial los referidos al manejo de la política exterior de su país.

Cuando se acabó la beca en 1973 y volví a Chile, Carmichael todavía no lograba que Wes cambiara de tema doctoral y estudiara en forma detallada la Bishop Tuff, tema que marcó en 1980 el inicio de una brillante carrera. En una salida a terreno guiada por su profesor Mitch Reynolds vimos que aun muestreaba rocas sedimentarias en el Death Valley (claro que bien acompañado por una rucia que estudiaba “wild burros”). 

Ante la invitación de Bob Drake en 1984 para estudiar el volcanismo del Alto Maule, Lucho Aguirre (entonces asilado en Japón) le hizo ver que venir a Chile podía tomarse como un apoyo a la dictadura. Afortunadamente prevaleció la opinión contraria, a la cual apoyé con decisión. Después de comprobar que el área alrededor de Laguna del Maule podía estudiarse con mucho detalle, lo cual se comprobó tomaba bastante tiempo (el boletín 63 del SERNAGEOMIN apareció recién en el 2010), optaron por instalar una doctorante (Anita Grunder) en la ignimbrita de Loma Seca, nacientes del Cipreses. Wes comentaba que el mapeo de la Caldera Calabozos, fuente de dicha Ignimbrita, había sido una de las grandes satisfacciones de su vida. Claro está que faltaba bastante para que, en el 2012 y acompañado por un gran equipo, en parte importante con vulcanólogos neozelandeses, conmemorara el centenario de la erupción del Novarupta-Katmai en Alaska, la cual incluye la única ignimbrita histórica: la del valle de los diez mil humos. El estudio constituye el Professional Paper 1791 del USGS y tiene como co-autora a Judy Fierstein, su infatigable compañera de trabajo de toda la vida. Ambos serán coautores también en el próximo Professional Paper, el cual va a reunir y actualizar todo lo avanzado en Laguna del Maule, a ambos lados de la frontera. El trabajo en conjunto con los geólogos del SEGEMAR ha sido, eso si, merito de Judy.

Acompaño la hermosa dedicatoria del ejemplar del Professional Paper que me obsequiaron.

Junto con avanzar en Laguna del Maule, Wes publicó sobre el Complejo Riolítico Puelche, el volcanismo de Cerro Campanario y la erupción del Quizapu. Su recorrido y muestreo de la cadena volcánica al sur del Tupungato, por otra parte, constituyó la base del muy citado trabajo de 1988 con S.Moorbath sobre participación cortical en el magmatismo de arco.

Para el inicio de sus investigaciones en Chile Wes contó con el apoyo de la beca Gilbert del USGS, institución que además le permitía extender sus vacaciones (para Wes su trabajo  en Chile lo eran). Mas adelante tuvo apoyo logístico y de personal –principalmente el infrascrito- del SERNAGEOMIN, en especial gracias al compromiso directivo de M. Gardeweg. 

Junto con su notable aporte a la geología en Chile, cabe destacar que Wes invertía a la vez mucho tiempo en avanzar con sus compromisos institucionales en las Cascades –en especial el detallado estudio del volcán Mount Adams- y el ya referido en Katmai. Junto con todo esto, Wes se las arregló para, además, organizar dos excursiones con sus amigos al Aconcagua. Si bien no pudo llegar a la cima, siempre tuvo problemas para operar sobre los  cinco mil metros, eso no impidió que –junto con Judy y Bob Drake- pudiéramos aportar la primera datación de su cumbre. Cuarenta años mas tarde se logró también rescatar la datación de buena parte del Tupungato.

Al enterarse del fallecimiento de Mario Vergara, en su último correo Wes pidió que se le enviara su probable obituario. No va a ser posible. En su lugar, de los correos de innumerables vulcanólogos ha surgido el merecido postrer homenaje a su persona y a su destacado aporte a la ciencia.

Querido Wes, cuanto echo de menos esas frescas mañanas del bivoqueo alrededor de la Laguna del Maule.

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